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Eran tiempos de grande…

29 Luglio 2010 Nessun Commento

Eran tiempos de grande y entusiastica excitación; el País estaba en fermento: estaba la guerra y, en cada corazón, ardía el fuego sagrado del patriotismo… y llegó la mañana del domingo (al día siguiente los batallones saldrían para el frente): la iglesia estaba repleta de gente y los voluntarios estaban ahí… luego fue el momento de la oración… con los parpados cerrados, el pastor concluyó con estas palabras: “protege a nuestros soldados, concédenos la victoria, Señor nuestro Dios”… ¿Creéis que es tan solo una oración? No, son dos: una expresada y la otra no expresada… reflexionéis acerca de esto en vuestras mentes, para que no os suceda implorar una bendición para vosotros y, al mismo tiempo, sin quererlo, invocáis una maldición sobre vuestro vecino… y en el momento en el que oráis por la victoria, oráis también por muchos efectos, no dichos, que acompañan la guerra…
Y aquí está la parte no expresada de la oración: “O Señor y Padre nuestro, nuestros jóvenes se van a la batalla para atacar al enemigo. ¡O Señor Dios nuestro, ayúdanos a desgarrar, con nuestros proyectiles, a los soldados enemigos en sangrantes trocitos; ayúdanos a recubrir sus campos risueños con las exánimes formas de sus cuerpos muertos; ayúdanos a sofocar el trueno de los cañones en los gritos de sus heridos que se revuelcan en el dolor: ayúdanos a devastar sus humildes casas con un huracán de fuego; ayúdanos a arrancar el corazón de sus inocentes viudas con inconsolables penas, a correrlas de sus techos junto con los hijitos y a que vaguen entre la gente hostil en la desolación, recubiertas de trapos, sufrientes hambre y sed, burlas del ardiente sol estivo y de los glaciales inviernos invernales, desesperadas, angustiadas, exhaustas e implorantes por obtener de Ti el amparo de la tumba, amparo que Tu negarás. Por nosotros que Te adoramos, o Señor, aniquila sus esperanzas y destruyes sus vidas; prolonga lo más posible su amargo peregrinaje, haz pesados sus pasos, moja su camino con sus lagrimas, mancha la nieve blanca con la sangre de sus pies plagados! Eso nosotros pedimos, en nombre del amor, a Aquel que es la fuente del Amor y que siempre es fiel amparo y amigo ideal de los que son abrumados por la angustia y piden Su ayuda con corazón humilde y contrito. Amen”.

Mark Twain, The War Prayer, 1904-1905, sátira publicada póstuma en el 1923

Libera traduzione di Tania Severi

 

 

日本語: http://tonalestate.org/2010/07/マーク・トウェイン『出兵の祈り』/

Italiano: Erano tempi di grande…

English: It was a time of great…

Français: On vivait une époque de grande…

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