El capitán Kyriakos
La mirada de Kyriakos es profunda como el mar y su rostro alegre de niño no pueden ocultar una angustia, ni siquiera su sonrisa al extender la mano para el saludo alcanzan a esconder la impotencia que no parece no dejarlo.
En el documental 4.1 millas de la directora Daphne Matziaraki, el capitán Kyriakos Papadopoulos de la guardia costera decide zarpar su nave de la isla de Lesbos, para rescatar decenas de refugiados náufragos en el mediterráneo. El ícono de san Nicolás cuelga en la cabina. Las olas del mar tragan por momentos lo que hay en la superficie. De pronto los encuentran: son familias enteras que huyen de violencias y persecuciones en sus países de origen. La tripulación hace lo que puede, las mujeres llaman a gritos a sus hijos, los hombres sujetan a quien tiene cerca y los niños suben a cubierta confusos, preguntando por los padres que no ven. En los muelles el pueblo entero se reúne para ver un acontecimiento inusual que se va haciendo cotidiano.
Como marineros, Kyriakos y la tripulación saben lo peligroso que es el mar, saben que ante un naufragio tienen el deber de acudir, lo que no saben es cómo empezó todo, cómo resolver la marea de botes inflables lanzados sin el menor cuidado por los contrabandistas. Será por eso que accedieron a filmar el documental y a dar su testimonio para contarle al mundo que es necesario levantarse a encontrar al otro en sus necesidades, en lugar de seguir sentado en su sillón esperando que los poderosos se pongan de acuerdo.