Emociones entre el publico.

Los pueblos latinoamericanos han encontrado en los propios cantantes la expresión de sus fatigas y de sus esperanzas. Así han dicho en el teatro de Vermiglio, en la noche del 4 agosto, Isabel Parra e Roberto Trenca, hija ella de la mítica Violeta Parra, conocedor el de la nueva canción chile comenzada por la misma Violeta Parra.

Un testimonio sobre la experiencia del exilio hecha por tantos chilenos durante la dictadura de Pinochet que rompió con todas las relaciones humanas que se habían cultivado antes y que eran la herencia del pueblo chileno.

Los paricipantes escucharon el relato de los acontecimientos de los cuales han nacido muchas canciones y conocido nombres y lugares que los transportaron en un periodo histórico que vió la masacre de los inocentes culpables solamente de caminar solos por las calles, incapaces e inconcientes del peligro que significaba ser un hombre libre con sueños y deseos justos de paz y felicidad, los mismos deseos que moran en los corazones de todos y que aquellas canciones saben despertar.

El movimiento más alto e involucrante fue cuando Isabel entonó, seguida por todo el público, “Gracias a la vida”, una canción con tantas referencias históricas y simbólicas a una pregunta que no es singular, mas de todo el pueblo reunido por el deseo de justicia y que canta aquellas palabras haciendolas propias, palabras que prospectan historia de un pueblo nuevo.